jueves, 17 de septiembre de 2009
EL MAGO DE OZ
El Mago de Oz
Dorita era una niña que vivía en Kansas con sus tíos y su perro
Totó. Los dos se divertían de lo lindo en la granja y todos los
querían mucho, excepto una vecina a la que no le gustaban nada los
perros.
Un día, la niña escuchó que querían atrapar a su perrito y quiso
huir. Pero en ese momento se acercaba un tornado y, al salir
corriendo, la niña tropezó y se golpeó en la cabeza.
La casa salió volando, y los tíos vieron desaparecer en el cielo a
Dorita y su perro.
Viajaron sobre una nube mientras las tejas y las ventanas salían
despedidas. Dorita y Totó se abrazaban esperando a que pasara el
peligro.
Al aterrizar, unos extraños personajes acudieron a recibirlos y un
hada, respondiéndo al deseo de Dorita de volver a casa, le aconsejó:
- Lo mejor es que vayáis a visitar al mago de Oz.
- No conozco el camino - replicó.
- Seguid siempre el sendero de baldosas amarillas.
En el camino, se cruzaron con un espantapájaros que quería un
cerebro y un hombre de hojalata que deseaba un corazón, y juntos se
dirigieron a Oz. Más tarde, de entre la maleza salió un león
rugiendo débilmente, pero se asustó con los ladridos de Totó. Quería
ser valiente, así que él también decidió acompañarles a ver al mago.
Cuando por fin llegaron, un guardián les abrió el enorme portón.
Ellos le explicaron la razón de su visita y entraron en el país de
Oz, en busca del mago de Oz, en busca del mago que había de
solucionar sus problemas.
Explicaron sus deseos al mago, que les puso una condición: acabar
con la bruja más cruel del reino.
Al salir, pasaron por un campo de amapolas y cayeron en un profundo
sueño. Los capturaron unos monos voladores, que venían de parte de
la bruja.
Cuando Dorita vio a la bruja, sólo se le ocurrió arrojarle a la cara
un cubo de agua. Y acertó, pues la bruja empezó a desaparecer hasta
que su cuerpo se convirtió en un charco de agua.
Mientras, le contaban al mago cómo todos, excepto Dorita, habían
visto cumplidos sus deseos al romperse el hechizo de la bruja, Totó
descubrió que el mago no era sino un anciano que se escondía tras su
figura.
El hombre llevaba allí muchos años pero ya quería marcharse. Para
ello había creado un globo mágico.
Dorita decidió irse con él... Durante la peligrosa travesía en
globo, su perro se cayó y Dorita saltó tras él para salvarle. Y en
su caída soñó con todos sus amigos y oyó cómo el hada le decía:
- Si quieres volver, piensa: << en ningún sitio se está como en casa
>>.
Y así lo hizo. Cuando despertó, oyó gritar a sus tíos y salió
corriendo. ¡Todo había sido un sueño! Un sueño que ella nunca
olvidaría ... ni tampoco sus amigos.
FIN
Cuentos Infantiles
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